Las empresas a veces tienen que recurrir al endeudamiento para afrontar situaciones pasadas o actuales, o con el fin de invertir en busca de un crecimiento en el futuro. Las características de cada organización marcarán la capacidad de deuda y es que la gestión financiera de la empresa dependerá en gran medida del músculo económico que tenga.
¿Se puede endeudar una empresa sin límite? Evidentemente, no. La capacidad de endeudamiento de una empresa se refiere a la cantidad de deuda que la organización puede asumir sin poner en peligro el pago de sus obligaciones financieras en el futuro. Este margen de maniobra se calcula generalmente en términos de la relación entre la deuda total de la empresa y su flujo de efectivo disponible. Generalmente, se considera que la capacidad máxima de endeudamiento está en el 35% de los ingresos que es capaz de generar la corporación. Esta cantidad límite de deuda de una empresa o un autónomo puede aumentar excepcionalmente al 40%.
No obstante, no es una tarea sencilla determinar un límite exacto, debido a que entran en juego muchos factores que rodean a la empresa. Te vamos a detallar algunos puntos clave a la hora de comprender cómo funciona el endeudamiento de una organización empresarial.
¿Cómo calcular la capacidad de endeudamiento?
Hay que hacer un análisis conjunto de las finanzas personales en el caso de un cálculo individual o de la empresa, y los principales factores son los ingresos, los gastos y la deuda financiera ya adquirida.
Si marcamos en la gestión financiera de la empresa que la capacidad de endeudamiento es del 35%, la fórmula a utilizar es CE = (IT – GF) x 0,35. A los ingresos totales (IT) le restamos los gastos fijos (GF), para finalmente multiplicar el capital disponible por 0,35. El resultado será la capacidad de endeudamiento (CE).
Otros indicadores útiles para la gestión financiera son el apalancamiento financiero, el ratio de solvencia y el ratio de endeudamiento.
Apalancamiento financiero
Consiste en la utilización de deuda para financiar una operación. Es decir, se trata de utilizar un crédito y fondos propios para realizar una operación que requiere capital. Con esta herramienta se puede elevar de forma considerable la rentabilidad de una operación, sin la necesidad de tener grandes cifras de fondos propios, pero también hay que tener muy en cuenta que el riesgo es muy elevado si los resultados de dicho movimiento no son los esperados.
Por ejemplo, una inversión en bolsa con fondos propios por valor de 100.000 euros. Un año después, la inversión ha subido un 10% y el capital ya es de 110.000 euros. Si hubiéramos invertido 50.000 euros de capital propio y otros 50.000 euros apalancados, solicitamos esa cantidad con deuda, tras un año, podremos devolver lo que nos han prestado, pero el beneficio ha sido el mismo (10.000 euros) con la mitad de dinero invertido.
Ratio de solvencia
Es uno de los indicadores más utilizados en la toma de decisiones a la hora de afrontar nuevos proyectos. Su cálculo permite conocer la capacidad que tienen las empresas para poder afrontar las deudas.
Es el cociente entre el activo total y el pasivo exigible de una empresa. La fórmula para calcularlo es simple y consiste en dividir el activo total entre el pasivo exigible. (Ratio de solvencia = Activo total / Pasivo exigible).
Cuando el ratio de solvencia es inferior a 1, la empresa se encuentra en quiebra técnica. No tiene capacidad para satisfacer todos sus compromisos de pago, tanto a corto como a largo plazo. El valor ideal que los expertos recomiendan es de 1,5, un valor suficiente para hacer frente a todas las deudas. Los casos en los que se supere con creces ese 1,5 tampoco es sinónimo de buena gestión, debido a que hay demasiado activo corriente que podría llegar a perder valor, por lo que invertirlo es bastante recomendable si se le quiere sacar más rendimiento.
Este indicador también varía en función de en qué sector se encuadre la empresa en cuestión.
Ratio de endeudamiento
Representa uno de los indicadores más populares en el ámbito financiero. Este KPI (Key Performance Indicator) muestra la proporción de deuda que tiene una empresa en relación con el patrimonio del que dispone. Con este dato, se puede conocer la dependencia de la financiación ajena y si el negocio tiene un endeudamiento excesivo. Se puede hacer sobre la cuantía total o neta, y a largo o corto plazo.
Para interpretar los resultados, como en los indicadores anteriormente descritos, hay que tener en cuenta bien el contexto sectorial en el que opera la empresa analizada. Cuando el resultado es menos que uno, indica que el nivel de solvencia es positivo. En cambio, si es superior a uno, muestra que las deudas superan a los recursos propios. Por encima de esa cifra se considera que el endeudamiento es excesivo.
En conclusión, los ratios de solvencia y endeudamiento son herramientas vitales para evaluar la capacidad de una empresa para asumir deuda y mantenerse solvente en el largo plazo. Aunque la capacidad de endeudamiento puede parecer atractiva a primera vista, es importante que las empresas evalúen cuidadosamente su situación financiera actual antes de tomar decisiones importantes sobre el endeudamiento. Una gestión financiera efectiva, que incluya una evaluación regular de estos ratios y un enfoque estratégico hacia el endeudamiento, puede ayudar a las empresas a maximizar su capacidad de endeudamiento y mantener una posición financiera saludable a largo plazo.